Es mi mente y sé que no hay tiempo. Estoy sola en eso. Pongo mi alma en todo, lo vuelco hasta que es mi vida. Siempre lo he echo. Cuando una de esas partes se marchita, se va, o esta herida, se me cierra el pecho y los temblores no se van. Pienso en esas cosas todo el tiempo, como si tuviera un cerebro por cada una de ellas. Penso, invento, predigo, reinvento, recompongo...Pero nunca pienso en su destrucción, porque en ellas estoy yo. Y si ocurre, no hay más remedio que verme muriendo todas las noches.
-Tranquila, quedate, aún nos quedan muchas cosas por las que vivir.
-Ya, pero esa era una parte de todo.
Mi propio orden, mi manera de vivir me recuerda a algo que he leido mil veces y que ahora entiendo. Aunque yo no pongo mi alma por interés, sino por amor. No lo hago para alejarme de la muerte, sino para hacerla más fácil. Todas esas cosas, vivo por ellas. ¿Puedes entenderlo tú ahora? Vivo por tí. Te dí algo que nadie puede darte, mi vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario