jueves, 17 de mayo de 2012

300 segundos no son suficientes.

Dame tan solo cinco minutos.
Un minuto, para mirarte, para decirte desde mis ojos marrones claros que te he echado de menos todo este tiempo. Que no puedo dejar de observarte cada momento, y que por tantas veces que te mire podría sacar algo nuevo. Déjame examinar tu piel, las comisuras de tu boca, la forma en como coges aire. Déjame verte, como si fuera la ultima vez.
Un minuto, para escucharte, para quedarme con tu voz y recordarla en mis sueños. Para que me cantes tus canciones nunca grabadas. Háblame para hacer así que sonría como una idiota. Para dormir con tus palabras , para recordarte aún mejor.
Un minuto, para olerte, para quedarme con un poco más de ti. Para poder reconocer tu olor cuando estés detrás de mi. Quedarme con tu esencia. Para poder decir que no hay nada que se compare contigo.
Un minuto para saborearte, para besarte como si fuese mi vida en ello. Para que sientas todo lo que he callado. Para hacer que no se pare mi corazón.
Un minuto,un último minuto para tocarte, para que mis manos pulsen el play. Para sentirte mas cerca. Para camuflarme, para ser todo contigo. Para unir los cinco sentidos.
Dame esos trescientos segundos para saber que esto es real.

Morning disorder.

Abrir los ojos, con miedo de no verme reflejados en los tuyos, con miedo de que no estés acostado a mi lado. Aún duermes, como las flores escondidas en otoño. Respiras tranquilo, tu pelo continua igual de desordenado. El silencio, está presente y me deja escuchar a los pájaros que cantan siguiendo el ritmo de tu corazón. Repaso con mi mano tu piel, que aún guarda un dulce sabor a sal del agua del mar, a noche de verano. Puedo notar el aire que envuelve mis manos ,  haciendo así que te quiera un poco más. Despiertas, poco a poco, bajo esa tenue luz de sol que entra por una de las ventanas y yo solo sé que tienes los ojos más bonitos para mi. Me coges de espaldas, susurras mi nombre, tus manos enredadas en mi pelo. Todo hace que no pueda dejar de quererte cada minuto un poco más. Dame el reloj, quiero parar el tiempo. Quedarme escondida contigo. Donde nadie nos encuentre, donde solo estemos nosotros dos. Cierro los ojos, veo que haces ademán de irte, y no quiero verte levantar aunque sé que pronto volverás a tumbarte otra vez. Tú también sientes esto, pero yo lo siento por los dos. Puedo notar el vacío en la cama, y escuchar tus dedos colocar un vinilo que sabes que me encanta. Acaricio la almohada que aún guarda un ligero olor a ti. Y es un olor que quiero que se quede, que permanezca siempre en mi. Vuelves, examinas mi espalda bajo la ropa con la que me dormí anoche. Te miro, pidiéndote que te vuelvas a tumbar a mi lado, pidiéndote que te quedes. No necesito palabras. La música suena, mi mundo se para. Empieza aquel estribillo tantas veces cantado.
Labios que se rozan diciéndose que se quieren. Música y dos corazones solitarios acompasados, diciéndose que se necesitan.

martes, 15 de mayo de 2012

Dancing with yourself.

Cuando no hay nadie más a la vista, en una noche de soledad, de repente, estás bailando contigo misma.
Sus ojos vacíos, giran con tus tobillos. Tus silbidos suenan más allá de la calle.
Y cada giro te devuelve la felicidad y la multipica. Te envuelve en un torbellino de pelo y luces giratorias.
Abres los brazos para abarcar  tu conquista. En este instante, no necesitas nada más que tu propia carcajada sin motivo.
No tienes nada que perder, no hay nada que demostrar, cuando bailas contigo misma. Tu vida es como un musical, y no puede haber una escena mejor. Sé más feliz si puedes.
Sientes ojos que te vigilan desde las ranuras, entre las esquinas. Estudian tu extraño comportamiento.
Dedica este baile a ellos y a la pareja ausente. Allí donde esté está bien.
Tienes el blues, tienes la alegría de fin de semana. Solo quieres salir por tu propio mundo.
Ahora no tiñas tu pelo, no cubras tus ojos de negro. Preciosa, nunca te calles ni aceptes.
Convierte este instante en un modo de vida. Simplemente haz lo que sientes, que es lo que hay.
Como ahora, que no escondes tus dientes al reír, sólo disfrutas de tu risa.
No importa si los giros te marean y no tienes donde agarrarte.
Te quedas tumbada mirando la noche, mientras el mundo sigue girando a tu alrededor.
Pero tu cabeza sigue bailando consigo misma.

What about you.

No me dejes sola una noche más en esta cama tan grande. Sorpréndeme cuando menos me lo espere.
Ven en la oscuridad y agárrame por las costillas.
Échame el aliento en el cuello, intentaré respirar a tu compás. Una máquina perfecta.
Qué tonta he sido. Me duele saber que duermo sola y tú también. Sabes que no sé dormir sólo conmigo.
Percibiría tu olor y dormiría bien por una noche. Tengo los pies fríos, pero te buscaría.
Y por primera vez, estarías tan cerca...

Bewilderment.

El suelo de un parque es el mejor lugar para dormir. ¿Porqué no? Viva el aturdimiento.
Quiero sentir todo lo que me ofrece la vida y lo quiero ahora. Abrirme la piel para ver que hay dentro de mí que no funciona bien.
Vivo debajo de un puente de metal. Imagino formas con el vaho de mi voz cantando canciones lentas. 
Hablando como un sabio de la calle, que no siguió nunca sus propias normas.
Soy lo que la gente hace conmigo, me guste o no. La gracia es que tú también quieres hacer lo que yo hago, pero yo tengo valor. Valor alternativo, aleatorio.
Siempre que pierdo es porque miro demasiado mis botas. Me dan miedo aquellos a los que no puedo mirar a los ojos. Un poder superior al mío, turbación.
El truco de la vida es convencerse de que eres mejor que los demás. Aunque realmente no lo pienses. El truco es que lo crean ellos, que no te miren a los ojos. Dicen que bajo el puente de metal, algo canta con la voz ronca. Una masoquista, adicta a la turbación y el miedo.
"Keep Nargles away of your mind, they make you mad."

martes, 8 de mayo de 2012

Qualm Street.

Todo es patalear.
Mira como hierve, como erupciona la superfície del agua. Y el fondo del mar sigue tranquilo, espeso.
Ven, agáchate. Hazme un favor, ayúdame a dormir. Abrázame por la cintura y dime que todo va a estar bien. No confíes en el corazón, siempre falla cuando más lo necesitas.
Quieres correr, quieres esconderte. Es duro estar paralizado cuando todo se derrumba, descubrir en el peor momento. No quiero el control de nuestra situación, no quiero morir.
Tú ya jugaste al escondite por un tiempo, ahora me toca a mí. ¿Acaba de surgir o ha estado escondido todo este tiempo? Tal vez siempre lo supe. Me pido respuestas, pero contestan cuatro voces diferentes dentro de mí. Resuenan en la calle de la Duda.
Las líneas rectas no existen sin ayuda. Dejémos de buscarlas en la vida real.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Where the birds sing.

Llueven recuerdos y yo no tengo paraguas.
Estoy escondida entre mis sabanas, ellas son testigos de lo que me pasa. Al mi lado, una taza que aún guarda restos de café de la otra noche. Impidiéndome tranquilizar.  Leyendo viejas cartas de amor que escribí para ti. Con la tinta emborronada. Caligrafía de aquella pequeña enamorada. Las ventanas empañadas. Hace días que no deja de llover. El vaho frío que invade mi cuerpo me impide descansar. Déjame. Sal de mi mente. No quiero recordarte, no quiero romperme más. Estoy cansada de no poder dejar de olvidar su manera de respirar.  Solo el silencio esta presente en este momento.Y justo ahora pienso '¿Donde se esconderán los pájaros cuando es invierno?' 'Yo también quiero irme con ellos'.