¡Y aunque enseñé a mi hija lo contrario, ella ha seguido el mismo
camino!
Tal vez se deba a que soy su madre y es mujer, y yo soy hija de mi
madre y mujer también.
Todas somos como unas escaleras, un escalón tras otro, que llevan arriba y abajo pero en la misma dirección.
Todas somos como unas escaleras, un escalón tras otro, que llevan arriba y abajo pero en la misma dirección.
Sé lo que es permanecer en silencio, escuchar y observar, como si la
vida fuese un sueño. Puedes cerrar los ojos cuando ya no quieres mirar, pero
cuando ya no deseas escuchar, ¿Qué puedes hacer?
El Club de La Buena Estrella, Amy Tan.
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