jueves, 30 de abril de 2015

Elle.

Es capaz de cambiar el tiempo. Lleva en sus costillas un barómetro cosido con piel de seda. Y cuando su corazón bombardea más fuerte, llega la tornementa. 
La he visto llorar miles de veces, que se le va a hacer, se le escapan los sentimientos por los ojos porque ya no le caben más... Pero eso no significa que sea cobarde, es valiente. ¡Pero que digo! Es la persona más valiente que nunca he conocido: no lleva caparazón ni armaduras. No necesita hacerse con objetos, ya tiene las palabras. Es guerrera en los campos de amapolas. No le hables de espadas ni armas blancas, háblale de lápices, de pinceles, de colores... Eso la hace feliz. Y cuando es feliz es fuerte. Y siempre es feliz aunque no lo sea. 
Un día me la encontré dormida (o almenos eso creía yo). Estaba llena de pintura , venía de la guerra. Luchaba contra sus pesadillas de noche, y por las mañanas estaba demasiado cansada para luchar contra ella misma. Pero increíblemente siempre sabía como limpiarse del lodo que tenía hasta el cuello. 
Era increíble.
Era sobrenatural. 

Nada me gustó más que escribirle. Que admirarla. Puede que algún día todo esto le pudiése servir. 
O no.
No sé pero.

Con existir me lo agradecía cada día. 


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