sábado, 14 de junio de 2014

'Y no te quise hasta que te oí hablar.
Decidí que toda mi imperfección había de ser tuya.
Que era en esas mejillas donde quería descansar.
Al llegar a casa pinté la nuez de tu cuello con lágrimas en los labios,
y por primera vez,
sentí bien dentro que tú también pensabas en mí.
En ese momento nos amé a los dos.
Tus brazos me hacen sentir como en casa
por muy lejos que esté.
Y por muy cerca que estés tú
 siempre te echo de menos.'


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