Dejaré las ventanas medio abiertas para que se vayan, y cuando lo hagan cerraré tan fuerte que me romperé las muñecas. Son el hielo, el frío que quema, una llama entre la nieve que no se quiere apagar.
Para qué existen las preguntas si ya nada tiene respuesta. Soy el monstruo que un día temía, que odiaba, que me dolía. Y ahora, yo misma me duelo.
Para qué existen las preguntas si ya nada tiene respuesta. Soy el monstruo que un día temía, que odiaba, que me dolía. Y ahora, yo misma me duelo.
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