¿Cuanto tiempo pasará hasta que se dé cuenta de que la ha perdido para siempre?
Ella, como un el do de un órgano que llena todo espacio.
Él, como el paseo de un saxo por los recuerdos.
La melodía de jazz más preciosa que el mundo jamás escuchara.
Y debería haber una tierra para el arte que nunca respirará, para los amores hubieran hecho suspirar, de cosquilleos que remueven la vida.
Las palabras que salieron del alma pero se pegaron en los labios, el humo que no se puede cazar.
Un lugar donde las cosas que no pasan son lo más importante, porque al fin y al cabo, es lo último que pensamos cada noche, cada año.
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