Cierro las ventanas, bajo las cortinas, me escondo entre las sabanas.
Madrugada, amanecer, da igual el tiempo, que siempre es eterno.
Miro, observo. Unas veces más, otras menos.
Y puede que esta noche las estrellas brillen especialmente, o eso me parezca, aunque quizá, tan solo es una noche más y yo esté dando vueltas conmigo misma.

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