Tal vez en otro lugar, dónde mirarnos así no esté prohibido. Dónde podamos respirarnos sin que se me encoja el estómago.
Podríamos escapar muy lejos, cumplir el destino y ser nada juntos, pero la culpa viajaría conmigo.
No coloquemos nuestra felicidad absoluta junto al otro, frena esto. Este lazo es demasiado fuerte, me ahoga.
No imagines todo lo que habríamos sido si no hubiéramos sido tú y yo. Prefiero no pensarlo.
No jueges con esto, no soy tan débil. En una batalla entre mi cabeza y mi corazón, gano yo.
Y sé dónde está mi corazón, y podría huir a contracorriente hasta morir por ello.
No hay palabras. La vida podría reunirnos más tarde, libres.
De todas formas, eh, volvamos a enborracharnos con lágrimas de felicidad.
Mi culpa estuvo en demostrar todo lo que te quería.
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