miércoles, 23 de julio de 2014

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Música hecha con las pecas de tu espalda, mermelada de cereza y albaricoque en tus labios.
Bailar en tus mejillas rojas de un día de playa, con tus pasos sosteniendo mis pies, sería algo tan encantador.
Querría cogerte las manos aunque estén frías, dormir escuchando tu respiración y hacer tic-tac con mis latidos (aunque no todo lo que bombardea es la sangre de un corazón).
Guerras de harina un día que decidamos cenar creepes un jueves por la noche, o porque no, de almohadas (y entre ellas). Voy a hacerte recordar, seré tu polaroid como un día de verano en los 60.
Y nuestras tormentas...que diré de ellas; serán el sello de mi mandíbula, son las cosquillas enredadas en mis costillas,lluvias en las madrugadas y relámpagos escondidos en tu pelo.

Voy a cantarte tan cerca de los oídos, que te imaginarás (que soy) el mar.
Voy a prometerte (que me convertiré en) el océano.



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