jueves, 13 de diciembre de 2012

Dark Cocolate.

Me da igual marearme si la música está sonando.
La almohada está negra, y todas las plumas por el suelo, pero ya no importa.
Ah, me sobra todo.
Había olvidado que podía sentirme así. No recordaba que esta era la auténtica yo, que podía conseguirlo todo.
Huelo a chocolate negro, todo mi cuerpo. Saco la media sonrisa a pasear después de tanto tiempo. Un saco de moratones felices. Siete costillas.
Si el mundo está parado es porque me están esperando. A mí, no a la otra.
El vinilo reproduce las canciones que necesito para mi cabeza.
Mi pelo me hace cosquillas en la espalda desnuda cuando lo agito sin parar.
 Se me han ido los números, las personas y las palabras. Salto, subo, caigo poseída. Me canso a medio viaje entre el sofá y la alfombra, y me quedo ahí. Granate.

El baño lleno de vaho por una ducha que no va a llegar. Basta de duchas. Me siento en el mármol y vigilo como sale el vaho y se mezcla con el aire. Se va todo y me deja fría. Camisa vieja de cuadros.
Increíble capacidad de regeneración. Cuánto me he echado de menos.



"Listen to the pretty sound of music as she flies."


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