Y algo también le pasa a él.
Y os reis aún más.
Y os mirais y parece que todo esté diseñado para haceros reír, y entonces te ríes.
Te ríes sin cesar, y da la impresión de que el destino está de tu parte, sí, que vale realmente la pena reír sin parar.
La barriga se tensa y te duele de lo mucho que te has reído.
En esos instantes no hay nada más hermoso que esa risotada, te olvidas de todo lo que ha salido mal y te sientes de verdad reconciliada con el mundo.
Y entonces dejas de reirte, sueltas aún alguna que otra risita nerviosa, pero después te sientes casi satisfecha y exhalas un largo suspiro, como de alivio. Aún te duele la mandíbula.
Pues bien, eso es vivir, partirse de risa con una persona a la que quieres y que te hace sentirte bien.
Muy bonita la entrada, al igual que el blog
ResponderEliminarte dejo la dirección de mi blog para que lo leas y comentes y si te gusta sígueme.
http://solopuedoquererteati27.blogspot.com
Un besito!!!
Me encanta ésta entrada y tu blog !
ResponderEliminarhttp://lifeisperfectlove.blogspot.com/
un beso:D