jueves, 16 de julio de 2015

Tú.

Te quiero.


Y cada vez que lo digo se hace más fuerte, cada vez que lo pienso es más real: este cortocircuito que se crea cuando tus dedos rozan mi epidermis y encienden todos mis interruptores. Me iluminas. Te pusiste el traje de electricista y colocaste en mi una red eléctrica. Ahora tengo el sistema nervioso más desarrollado que nunca.
No es solo eso, es quererte hasta el punto de no poder respirar, de una necesidad obsesivo compulsiva y dependiente . La ansiedad de las ganas de sentir tus brazos con los mios, tus manos con las mias y mis dedos con los tuyos. De tu y yo.
Eres la pieza que me encaja a medida, que me vuelve segura. Me das todo lo que me falta y más, y yo te doy todo de mi y siempre será insuficiente en comparación. Estoy enganchada a ti, a tus manías ya tus formas que ya casi son mías. 
Porque somos como placas tectónicas que se mueven conjuntamente, siento que el motivo de mi vida fue para encontrarte porque desde que apareciste el mundo empezó a valer la pena ¿y sabes? El optimismo que creas en mi me asusta y me gusta.
Eres lo más bonito que he encontrado en la vida. 

Siento que pod(r)emos con todo. 



Te quiero. 
(Y siempre lo haré)



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