Tengo miedo a que mis metáforas
no despierten.
A que la armonía por imperfecta se trunque.
Que las pesadillas se coagulen y
no queden fuerzas para soñar despierto.
Perder la ilusión de empezar el día por
la esperanza de acabarlo.
No ser sábanas desordenadas, ni mermelada de melocotón,
ni cisne.
Que cerrar los ojos sea sinónimo de ceguera.
...contarte mi anatomía cerebral, explicarte que si me abrumo
es porque algo superior me ahoga. Me oprime estómago, encéfalo y garganta. Hace
que desee encerrarme a escribir, gritar a lo desconocido, correr para escapar
de mi, llorar o reír hasta desfallecer. Tal vez sea lo salvaje, el veneno cítrico que llevo en la piel. Ronronea al sentirse libre, pero me llora de incomprensión el resto del tiempo, creando armaduras de fibrosa sensibilidad.
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